Como modificar los efectos de la sobre estimulación del sistema nervioso ©Eugenia Lerner


Hace unos días una persona hizo una pregunta en el grupo de FB (Personas Altamente Sensibles Argentina) y quise compartir aquí las respuestas que surgieron allí.
La pregunta, en líneas generales, fue la siguiente:
“Quería consultarles, ya que estuve leyendo textos que tienen rigor científico, que dicen que nuestro sistema nervioso recibe hasta 10 veces más señales que el sistema nervioso de los no PAS, a este respecto ¿como cuidan Uds. su sistema nervioso? si tienen recomendaciones y consejos, son bienvenidos!”

Las sugerencias y recomendaciones que se dieron en el grupo de Facebook fueron:
-Descansar y dormir el tiempo necesario 
-Tener momentos de silencio
-Realizar actividad física
-Alimentarse de manera adecuada
-Meditar
-Utilizar tapones de oídos en lugares ruidosos y anteojos de sol , si lo que molesta es la luz.

Acuerdo con todas estas recomendaciones y me gustaría agregar dos más: la regulación de las reacciones emocionales y la desfocalización deliberada de la atención.
En primer término es importante tener en cuenta que los estímulos además de sobrecargar nuestro sistema nervioso pueden desencadenar reacciones emocionales, que a su vez repercuten en nuestro sistema nervioso. Es decir, que los estímulos pueden producir por sí mismos emociones (como cuando un ruido nos asusta), o pueden representar algo o tener un significado que despierta emociones, como ocurre cuando nos indignamos o nos enojamos porque alguien hace ruido de manera desconsiderada (habla demasiado alto, no respeta lugares de silencio u horarios de descanso, etc.). En este caso nos afecta el ruido, pero más por lo desconsiderado. 
Cuando la sobre-estimulación de nuestro sistema nervioso se intensifica por nuestras reacciones emocionales, tenemos la posibilidad de regularlas. 

Una técnica efectiva para ello es la siguiente:
-Sentarnos cómodamente con los ojos cerrados
-Tomar dos o tres respiraciones profundas con la intención de relajar el cuerpo 
-Registrar en qué parte del cuerpo sentimos la reacción emocional
-Inhalar y exhalar con la atención en esa parte del cuerpo, con la intención de aflojar esa zona. Otra opción es inhalar con la atención en las palmas de las manos y exhalar con la atención en la parte del cuerpo en la que se experimenta la emoción.

En estos dos artículos encontrarás más información sobre cómo regular los sentimientos y las emociones:

La otra cuestión que resulta útil para moderar la sobre-estimulación es aprender a desfocalizar la atención, es decir, a retirar la atención de lo que estimula en exceso y llevarla, de manera deliberada, hacia otro lugar, que resulte más adecuado. 
Existe un principio energético que sostiene que la energía fluye hacia donde va la atención. También se da el fenómeno inverso: la atención va hacia lo que tiene más energía. 
Este principio nos ayuda a entender que cuanta más atención damos a algo, más energía le estamos dando. También nos permite entender que, de manera automática, nuestra atención va hacia lo que está más energizado.

Existe una atención automática y otra consciente. Sobre la que podemos trabajar es sobre la consciente. Es decir, una vez que somos conscientes de que algo nos ha sobre-estimulado, podemos, de manera deliberada, cambiar el foco de atención. Lo que sucedió de manera automática no lo podemos evitar, pero lo que si podemos evitar es seguir dándole energía con nuestra atención y nuestros pensamientos conscientes.
Si estamos en un contexto en donde están ocurriendo muchas cosas, hay mucho movimiento, muchos estímulos, muchas personas y llevamos la atención a todo lo que nos perturba, seguramente todos esos estímulos nos afectarán más. Si en cambio elegimos un foco de atención en particular, que nos resulte agradable o significativo, los estímulos exteriores pasarán a ser un “fondo” menos estimulante y se amortiguarán.

A mí personalmente me sobre-estimulan los grandes supermercados y los shoppings. Cuando voy a esos lugares escucho música o alguna otra cosa interesante en mi celular. De esa manera mi atención está enfocada en lo que quiero y no está tan permeable a todo lo que sucede a mí alrededor.
También me sobreestimulan lugares como bares y confiterías ruidosos. Si por algún motivo estoy en alguno de esos lugares, busco algo para leer o contemplar (cuando estoy sola) o llevo mi atención más plenamente a la conversación o al encuentro con la otra persona (cuando estoy acompañada).
No es fácil re-dirigir la atención de manera deliberada, pero con la suficiente práctica y motivación podemos hacerlo. A veces ayuda tener una estrategia planificada. Si a partir de nuestra experiencia podemos anticipar que en algún lugar corremos el riesgo de sentirnos abrumados, la estrategia consiste en “ir preparados/as”. (En mi caso sería, ir con música al supermercado y con algo para leer al bar).
Ningún método o técnica es adecuado para todas las personas o en todas las circunstancias. Pero lo que necesitamos saber es que hay mucho que podemos hacer para no quedarnos abrumados/as.



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